martes, 13 de enero de 2009

Ella.




Ella era diferente.

Tenía una mirada profunda, más intensa de lo normal. Una mirada que era capaz de ver mucho más allá de lo que veía el resto. Una luz interior capaz de iluminar al mundo.

Ella era diferente porque creía en los demás, confiaba en ellos, a pesar de todas las decepciones que había sufrido a lo largo de su extraña existencia.

Tenía un corazón puro. Unos sentimientos sinceros, donde no tenían cabida ni el rencor ni el odio.

A casi nadie le gustaba Ella. Sólo unos pocos la habían conocido de verdad y habían querido quedarse a su lado.

Había crecido sintiéndose muy sola, sabiendo que era diferente, en su propio mundo.

A veces, Ella quería gritarle al mundo que estaba harta, que ella valía la pena, que se equivocaban, que eran injustos con ella.

Pero nunca lo hizo.

Permaneció callada, con la mirada perdida en un infinito inexistente, con la mente en blanco, en la nada, simplemente suspirando.

Si alguna vez vuelvo a encontrarme con Ella, seré yo misma, y me quedaré a su lado como siempre debí hacerlo.

3 comentarios:

  1. Me quede apabullado con tu relato. En tan breve espacio hiciste un desarrollo soberbio y como si fuera poco con un final sorprendente.
    Gracias, da gusto leer así, te seguiré visitando.

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  2. Muchas gracias, Navegante. Un abrazo.

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  3. Que bonito me ha llegado, muchos saludos.
    masquemaquillaje2009.blogspot.com

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